El endurecimiento de la política monetaria en América Latina obedece a una razón común: el aumento de los niveles de inflación, y de las expectativas de inflación en el mediano plazo.
Aunque la velocidad del ajuste de las tasas de interés de bancos centrales difiere entre países, es muy posible que en el corto plazo se materialicen sus efectos en forma de menor liquidez y mayor costo del crédito, y eventualmente, en un menor dinamismo en el aumento de los niveles generales de precios.