
Para el año 2025 el Banco Mundial espera un mejor crecimiento de los mercados emergentes. Factores generales tales como una senda de consumo sostenida, una política monetaria camino a la normalización, una menor inflación, una recuperación de la base industrial y un aumento de los ingresos reales explican esta predicción. En ese contexto, América Latina proyecta una tasa de inversión macroeconómica que puede ser catalogada como modesta en el contexto regiones similares. Temas como las complicaciones de finanzas públicas de algunos países, el des anclaje de las expectativas inflacionarias y la menor demanda de productos energéticos, ha originado una menor inversión en la región de América Latina. Si a esto se suman las tensiones políticas internas, el efecto de la inseguridad urbana, la migración, y el inminente fin del bono demográfico, son temas que lucen como desafíos de gran calado para la recuperación de la inversión y el crecimiento de largo plazo.