En esta edición de Acceso Financiero de FELABAN, recopilamos y analizamos información acerca de las monedas digitales y la inclusión financiera: modelo 2023.
Además, evidenciamos un panorama de algunos Bancos Centrales que están implementando proyectos de monedas digitales, por otro lado, ampliamos la temática de los objetivos de la inclusión financiera en estos aspectos.
Las monedas digitales y la inclusión financiera: modelo 2023
El Reporte de Inclusión Financiera (2022) de FELABAN recopila algunos de los aspectos de los sistemas de pago rápido (Faster Payments Systems).
Hoy en pleno estudio, implementación y desarrollo de dichos proyectos, los mismos tienen una importante relación con los proyectos de monedas digitales emitidas por los bancos centrales (CBDC por sus siglas en inglés). Delgadas líneas existen entre ambos conceptos y amplios vasos comunicantes se dan para su respectivo funcionamiento. En procura de continuar documentando un debate que se abre alrededor del tema, esta edición de Acceso Financiero menciona algunos elementos que sobrevienen para el sector financiero y bancario, en particular en lo relacionado con los objetivos de inclusión financiera. Los bancos centrales del mundo vienen trabajando en proyectos de monedas digitales. Un antecedente lo trabajamos en nuestra edición Acceso Financiero No 6 (2021) , donde se evidenció que los bancos centrales tienen la inclusión financiera como una de las motivaciones para desarrollar monedas digitales.
Las monedas digitales oficiales: cada vez más cerca
Hoy por hoy, los bancos centrales de Bahamas, Canadá, China, Ghana y Filipinas (entre otros) vienen implementando proyectos de moneda digital
de manera más acelerada. La discusión es amplia tanto en lo conceptual y macroeconómico, como en lo operativo y legal. Hoy, el mundo se debate entre la aparición de las denominadas criptomonedas, las stablecoin y las monedas digitales de los bancos centrales (CDBC). El florecimiento de las 2 primeras, sin ningún tipo de seguimiento, control y supervisión estatal, podría generar efectos no deseables como la sustitución de activos, facilitar las operaciones ilícitas, promover la informalidad económica, disminuir la efectividad de la política monetaria, y erosionar los sistemas impositivos. El FMI (2023) menciona que las monedas descentralizadas y stablecoin tienen el potencial de incrementar la volatilidad de los flujos de capital, complejizar la estabilidad financiera, aumentar los riesgos de ciberseguridad, contar con un consumidor desprotegido, y, tener agentes carentes de rendición de cuentas. Esto, sin contar con los peligros que ha conllevado la quiebra de firmas como Quadriga (2019), FTX (2022), Three Arrows Capital (2022) y Terra (2022).
Motivaciones y riesgos
La motivación para desarrollar monedas virtuales y/o digitales emitidas por bancos centrales viene dada por diferentes razones. Por un lado, los bancos centrales como autoridades monetarias y crediticias de sus respectivos países, buscan actualizarse al ritmo de los tiempos, usando las herramientas armónicas con las nuevas preferencias del público. Por otro lado, existen motivaciones técnicas que tienen que ver con los sistemas de pago y la política monetaria. Soderberg (2021) menciona que el público requiere acceso al dinero soberano bajo los medios más modernos, en condiciones normales y extremas tales como la pandemia o desastres naturales imprevistos. Por supuesto, están los temas de una mayor transaccionalidad, menores costos y mayor velocidad de circulación del dinero, así como, la búsqueda de mayor competencia en el terreno de los pagos. Auer et al. (2022) mencionan que las barreras existentes que impiden la inclusión financiera pueden ser atacadas con la implementación de las
CBDC. Al respecto, los autores destacan que con las CBDC pueden generar cambios en asuntos como superación de las barreras geográficas, reducción de costos, promoción de una mayor protección del consumidor y creación de infraestructura (a manera de bien público). Temas tales como la confianza en el sector financiero, la educación financiera, la conectividad y acceso al internet, así como una mayor competencia entre los jugadores financieros, son relevantes e implican desafíos para complementar estas acciones.
El FMI (2023) da cuenta de algunos riesgos que pueden presentarse en el caso de implementar las CBDC. El primero tiene que ver con la posibilidad de desintermediación financiera y sustitución de depósitos. El segundo está relacionado con la estabilidad financiera, que exige trazabilidad de los pagos, medidas anti lavado de activos, y autenticación de operaciones cuando resulten ser sospechosas. Más monedas digitales en el mundo podrían exacerbar la demanda por monedas divisas o monedas fuertes por parte de los agentes económicos de mercados emergentes con capacidad de pago. El fenómeno de sustitución de activos y depósitos puede darse a mayor velocidad, exacerbando los problemas asociados a la volatilidad de flujo de capitales y cambiaria. Otro aspecto a considerar implica que una moneda digital puede ser objeto de falsificaciones producto de ataques cibernéticos. Por ello, si los temas de seguridad física del dinero son importantes, así mismo son los de protección en el ciberespacio.
Y ¿el objetivo de la inclusión financiera?
El trabajo de Alfonso et al. (2021) , en una evaluación sobre las condiciones de América Latina y las CDBC, explora distintas aristas. Los beneficios potenciales de contar con una CDBC están asociados con el menor costo de la provisión de efectivo en ciertas zonas de la economía.
Igualmente, algunos actores empresariales de menor tamaño verían algún incentivo para formalizarse y aceptar pagos digitales. A la hora de inscribirse como empresa en un sistema podrían hacer historial crediticio y acceder a servicios financieros formales y profesionales.
En el campo de la inclusión, los procesos de los bancos centrales por desarrollar CDBC serían una forma de subsanar fallas de mercado para atender grupos en los cuales no ha llegado el sector privado. Los proveedores privados, al participar de las nuevas “autopistas de pago”, podrían competir con mayor énfasis por entregar servicios y conquistar clientes. Igualmente, estos nuevos canales serían la base de dispersión para la entrega de transferencias monetarias condicionadas con que trabajan varios gobiernos de la región desde hace ya décadas.
Biagio Bossone (2022) , en una breve disertación publicada por el Banco Mundial, señala que la inclusión financiera sería beneficiada por una política llevada a cabo por los bancos centrales del mundo. Su capacidad institucional y credibilidad es clave. Sin embargo, existiría una importante presión para que los resultados salten a la vista y rápidamente serían evaluados por todos los estamentos de la sociedad. Tal y como mencionamos en nuestra reflexión del año 2021, las monedas digitales puede ser parte de una compleja ecuación que implica la inclusión financiera. En ella también deben entrar la mejora de la conectividad en América Latina y el acceso a los teléfonos inteligentes por parte de mas porciones de la población. La pedagogía en habilidades digitales y computacionales debe crecer, así como la necesidad de una educación financiera mas integral y adaptativa a los tiempos cambiantes. En ese sentido, las CDBC pueden jugar a favor, siempre y cuando las mismas sean parte de una estrategia de alto nivel que trae bienestar ala población, menores costos de transacción y promoción del desarrollo económico.