Palabras de cierre del secretario general de FELABAN, señor Giorgio Trettenero Castro, en el Diálogo Regional de Política del sector Público – sector Privado–
Para mí siempre será un honor participar en estas actividades conjuntas a nivel gremial. El trabajo colaborativo entre ambos gremios, los bancos comerciales, los supervisores bancarios y la banca multilateral, es crucial para solucionar desde el presente, los retos comunes que enfrentamos hoy y tendremos en el futuro. Tenemos los mismos problemas, los mismos objetivos, que mejor estar aquí trabajando juntos por ello.
Quiero felicitar a mis contrapartes en ASBA y en BID por una nueva edición número 21, exitosa de este Diálogo Público – Privado, y por su voluntad de crear espacios de diálogo y discusión para el desarrollo de nuestra industria y ecosistema financiero.
A su vez, quiero felicitar al señor Jorge Mogrovejo, en su calidad de flamante presidente de ASBA para el período 2024 – 2026 (mayor gusto porque es paisano peruano). Desde FELABAN me reitero a su disposición para estrechar los lazos de colaboración que siempre han caracterizados a nuestras entidades. Y por supuesto agradecer a Pascual O’Dogherty, por estos 6 años de intenso y fructífero trabajo en beneficio de nuestra industria financiera. Y agradecer al BID en especial a Diego Herrera, Anderson Caputo y Ana Maria Ibáñez. Deseando a su presidente pronta recuperación.
A modo de cierre, quiero referirme brevemente a algunos temas y debates conversados durante este evento. El primero de ellos, las Finanzas Abiertas en América Latina, y importancia de impulsar su potencial cuidando que todas las puertas tengan las mismas seguridades en favor del consumidor financiero y de la estabilidad del sistema. Ojalá que todas las industrias Fintech y Bigtech compartan también la misma información bajo los mismos estándares.
Hacia el futuro, consideramos apropiado que los supervisores bancarios mantengan los buenos criterios de flexibilidad en términos de tiempos y de rutas de trabajo, y que mantengan una disposición de discutir y escuchar a los agentes involucrados en las iniciativas de Finanzas Abiertas para el éxito de estas.
En línea con lo anterior, desde FELABAN consideramos un imperativo la necesidad de continuar fortaleciendo a los supervisores de la región. Sus capacidades institucionales dependen en gran parte de sus presupuestos y, a su vez, de sus presupuestos depende su transición hacia una supervisión más digital, más integral, con mejor adopción de tecnología, y con mejor capacidad de atraer y retener personal calificado tan necesario en esta época digital y disruptiva. La innovación no es un asunto exclusivo de la banca: los supervisores también pueden (y deben) innovar, y confiamos en que, hacia adelante, unas menores restricciones presupuestales para ellos sean clave para lograr este fin.
Por otra parte, celebro el interés de los sectores público y privado en buscar una proporcionalidad regulatoria que incluya aspectos de tamaño y complejidad de la banca de nuestros países. Voy a citar a mi colega Martín Naranjo, y en esta ocasión me atrevo a decir que América Latina no es Suiza. No debemos olvidar que nuestra región se caracteriza por altos niveles de informalidad laboral y empresarial, mercados de capitales poco profundos y desarrollados, bolsas de valores con pocos emisores y, especialmente, elevados niveles de pobreza y de desigualdad. Aunque es cierto que las normativas de Basilea incorporan mejores prácticas en supervisión prudencial, y han sido parte del éxito de nuestra resiliencia a los embates de las crisis en el mundo y en la región, debemos cuidar el sano equilibrio entre el riesgo y la competitividad de nuestro negocio.
Aunque el capital regulatorio y los colchones de liquidez minimizan la vulnerabilidad del sector bancario, siempre mas va a ser mejor, pero la solución no es solo aumentarlos, sino tener la fineza que los caracteriza en lograr un balance que nos dé a todos tranquilidad (no queremos ser los mejores del cementerio, donde no hay riesgo pero no hay negocio).
Por último, pero no menos importante, debemos redoblar esfuerzos para mitigar el flagelo de la ciberseguridad en la banca. Si queremos avanzar en este frente, tanto bancos como supervisores debemos entender que en la ciberseguridad no hay competencia, sino colaboración. Felaban viene trabajando en un modelo colaborativo de fraude y ciberseguridad, a disposición de todos nuestros bancos en la región. Aunque la banca ha dado pasos de autorregulación muy importantes, es necesaria la suma de esfuerzos y fomentar la cooperación y el intercambio de información entre los actores del sector financiero para mantenernos un paso adelante. No olvidemos que una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil, y los criminales siempre buscarán la puerta trasera menos custodiada para atacar no solo a un banco, sino a todo el ecosistema financiero.
Habiendo dicho esto, confío en que esta agenda académica, que diseñamos conjuntamente FELABAN, ASBA y BID, haya sido relevante para sus actividades y para las entidades que representan. Este tipo de diálogos técnicos entre el sector público y el privado deben mantenerse en el tiempo, con el fin de encontrar soluciones colaborativas a problemas comunes. Como les dije, tenemos los mismos objetivos, los mismos intereses, y este dialogo abierto, es de mucha utilidad para la industria, manteniendo por supuesto cada uno en su misión.
Será un honor saludarles nuevamente en la próxima edición de este Diálogo Público – Privado en el año 2025. Les pido un fuerte aplauso para todos ustedes, quienes son los que hacen posible este tipo de discusiones técnicas. ¡Felicitaciones para todos ustedes, y buen regreso hacia sus hogares!